El Comité Olímpico Internacional ha tardado 4 semanas -el plazo que se darse para tomar la decisión sobre el aplazamiento o la anulación de los Juegos Olímpicos de Tokio-2020. Muchas fueron las conversaciones y los balances realizados en torno a la situación sanitaria y cuáles serían las consecuencias de la anulación de los JJOO, sobre todo, cuál sería su impacto sobre miles de deportistas.
Han sido muchas las opiniones sobre la actitud del presidente del COI, de su adaptación y comprensión de las extraordinarias circunstancias sanitarias y sobre su rol de líder al frente de la más poderosa institución deportiva.
No siempre es innata la capacidad de ser líder, ser un buen líder. Son varias las características que giran entorno un buen liderazgo. Una de ellas, y principal, es la adaptación a las circunstancias sobrevenidas, saber entender la nueva situación, analizarla y guiar tu equipo hacia la positividad de esta nueva situación o cambio.
El liderazgo deportivo es un ámbito con mucha proyección de futuro, y más, si invierte en formación, ya que un buen líder no siempre nace, sino que se forma. Existen una serie de características que son propias de las personas que desarrollan el rol de líder, y que requieren un aprendizaje para poder ejercer de manera efectiva.
El primer paso es el establecimiento de objetivos, a la calle del líder, que deberá velar por su cumplimiento, ya sea de manera individual como colectiva. Es a partir de estos objetivos que se dirigirá a los miembros de todo el equipo para alcanzar un rendimiento más alto, entre las metas fijadas. Se le atribuyen características como la autoconfianza, la ambición, el entusiasmo, la inteligencia, o la empatía, a través de las cuales logrará motivar al equipo y mejorar las relaciones con sus miembros, con la atención también puesta en la comunicación. Esta comunicación se convertirá en un elemento clave en el desarrollo del rol del líder, ya que será el canal clave a través del cual debe conseguir cumplir los objetivos: saber si el equipo está de acuerdo con ellos, o no, y hacerlo partícipes tanto de la aceptación de objetivos como de su modificación, a fin de poderlos resolver con éxito.
IGS TOD TRAINING contempla en su cartera de servicios el asesoramiento y formación en liderazgo de equipos. A partir del componente emocional y la motivación, como elemento conductor. Un buen líder debe saber escuchar, pero también tiene que conseguir ser escuchado, siendo esta una característica importante del liderazgo. En la capacidad de saber escuchar incluye también la capacidad de modificar una planificación de objetivos una vez planteados, de acuerdo con el criterio y opinión de su equipo. Es en este intercambio de opiniones y aceptación de ideas cuando se motivará el equipo, haciéndolo sentir importante en el marco de la dinámica establecida, consiguiendo que sus miembros vean que tienen capacidad para modificar, con respeto y empatía hacia al líder, las situaciones que se les planteen. De esta manera el líder empodera a los miembros de su equipo haciéndoles partícipes de las decisiones a tomar, de manera profesional y deportiva, y personal.
Es necesario formar el líder que sepa generar un clima emocional positivo, que ayude a generar un ambiente colaborativo y que facilite las relaciones interpersonales.
Y del mismo modo que sucede imprescindible fijar los objetivos y comunicarlos, también lo es hacer un seguimiento, habiendo formado el líder para desarrollar sus funciones en un ambiente emocionalmente positivo para que el liderazgo sea efectivo. El líder debe haber entendido correctamente su entorno y las circunstancias concretas que le rodean, y también haber generado un entorno de colaboración de todos los miembros del equipo.
La experiencia de IGS TOD facilita la fijación de objetivos realistas que se puedan conseguir. El rol de líder necesita una formación en actitud inteligente, en declaraciones positivas, en gestión de emociones y en autoconfianza. Es importante recordar que el líder puede nacer, pero también se puede formar, y lograr esta autoconfianza, empatía, optimismo, cualidades necesarias para ejercer, de manera satisfactoria, un liderazgo eficiente y efectivo.
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